sábado, 30 de noviembre de 2019

Ilustraciones para El regalo perfecto.

Hola, de nuevo a todos.

Pues aquí ando ahora ilustrando el cuento El regalo perfecto.
No hay nada acabado todavía pero quería ir avanzando los bocetos con vosotros. ¿Qué os parecen? ¿Cuál es vuestro personaje favorito?




lunes, 25 de noviembre de 2019

Lista de recuerdos de viajes


Os propongo compartir vuestra lista de recuerdos de viajes. Pueden ser anécdotas, olores, comidas, personas, actividades, lugares... Aquí va la mía.
.
Japón
-Un hombre saliendo de su casa en lo alto de una montaña se nos acerca a la parada de autobús en donde hace más de 45 minutos que estamos esperando el nuestro sin suerte. Está lloviendo a cántaros y nos protegemos en la marquesina. Llega el Sr., deja un paraguas a nuestro lado sin decir ni mu y se marcha a su casa sin darnos tiempo a reaccionar y agradecerle el gesto. Salvados por el paraguas decidimos ir caminando bajo la lluvia hasta la estación de tren. y proseguir con nuestra ruta.

Tailandia
-Salimos de excursión en bicicleta y a uno de nuestro grupo se le pincha una rueda. No llevamos móviles y estamos solos en la selva. Se ha hecho de noche. Por suerte, aparece una camioneta del hotel que ha salido a buscarnos y nos rescata.

Polonia
-Nos alojamos en la Academia de Música de Gdansk. Después de visitar la ciudad, llegamos a la habitación. Nos cambiamos y nos disponemos a salir a cenar cuando oímos música. Vamos siguiendo su procedencia hasta llegar a la entrada del auditorio. No entendemos el idioma pero parece que están preparando un concierto. Entramos y nos sentamos en unas sillas. Pronto se llena de más espectadores. El concierto resulta ser muy bueno. Son los estudiantes de la escuela que están actuando en una especie de final de fin de curso ante sus familiares, amigos y dos turistas despistados.

China
-El mercado de insectos. Un chico comiéndose un escorpión frito empalado. "Delicious", dice.

Tailandia
-Masajes muy baratos, por unos 2 euros al cambio, de más de media hora. Recuerdo con especial intensidad el que nos dimos en el hotel que estaba en Kanchanaburi, en medio de la frondosa vegetación. Nos tumbaron en los balcones y las vistas y el relax de los sonidos eran increíbles.

Tunez
-La encerrona de estar en medio de la nada más de 20 minutos parados por programación de un tour, para que comprásemos souvernirs allí. Habíamos llegado para ver una cascada que era tan pequeña que ni pensábamos que aquello era lo que teníamos que fotografiar.

La India
-El timo de estar en medio del desierto pasando la noche sin tiendas de campaña, ni sacos de dormir, sin almohadas, sin lavabo, sin ducha. Estar tumbados sobre una manta sucia, soportando una tormenta de arena. Jamás había tragado tanta tierra. No pegamos ojo en toda la noche por las molestias de la tormenta. Pero es que después de ver la cantidad de escarabajos peloteros que se movían a nuestro alrededor, no hubiera podido ni aunque el tiempo nos hubiera acompañado.

Berlín
-El concurso de muñecos de nieve.

Nápoles
-Pasear con mi hijo por las paradas de los pesebres buscando unas figuritas que habíamos visto cuando él era más pequeño.

San Francisco
-La visita a la Roca. Estar helada de frío en el trayecto en barco hasta la cárcel.

Las Vegas
-¿Puede hacer más calor? Nuestro mayor anhelo era llegar pronto al siguiente hotel para volver a notar el aire acondicionado. No apostamos nada, por raro que parezca. ¿Seríamos los únicos turistas que estando en Las Vegas no juegan?

Los Ángeles
-¿El edificio del diario donde trabajaba Superman? Es clavado.

China
-¿No había otra zona para caminar por la Muralla? Si no nos matamos por ahí es de milagro. Está todo derruido y los escalones parecen para gigantes. Jamás imaginé un trekking más duro. Y a pleno sol en verano. Sólo recuerdos dos lugares donde he pasado tanto calor, aquí y en las Vegas.
Rercuerdo pasear por China y pedirle a los jardineros que me mojasen con la manguera.

Japón
-El bebé mono que se asoma a la ventana. Yo que le abro y de repente la madre nos asalta. Salimos corriendo a protegernos detrás de la puerta de la habitación. Hasta que la mona nos abre la mochila y coge el billetero, entonces la asustamos gritando y se marcha.

India
-Las gemelas que conocimos en Orccha. Nos invitaron a su casa y estuvimos jugando a badminton con ellas. La madre me regaló joyas. Nos estuvimos mandando emails durante un tiempo.





lunes, 18 de noviembre de 2019

El regalo perfecto

Todavía es un borrador, pero aquí va. Ya tengo casi listo el cuento creado con el juego de los dados.

iGotRats



EL REGALO PERFECTO

Hoy es el cumpleaños del Ratoncito Pérez y da una gran fiesta. Han venido todos sus amigos, Angel, Picotico, la Sra. Puf y Gugel. Ninguno quería perderse la celebración.

El cerdo Angel es un glotón sin modales. Está arrasando con las magdalenas de chocolate. ¡No ha dejado ni una! Y se ha vuelto a manchar su chaqueta, como siempre que le invitan a una fiesta. No tiene remedio.

¡Qué cabeza la suya! Las magdalenas de chocolate eran el regalo para el Ratoncito Pérez. Ahora no tiene nada que ofrecerle a su amigo.

El pingüino Picotico adora la música y se ha puesto su mejor pajarita para la ocasión. Picotico ha traído su violín. Su regalo para el Ratoncito Pérez será un concierto de Chopin.

Parece que al homenajeado no le apasiona el repertorio. Quizás tenga otros gustos. O quizás Pérez esté muy cansado. Preparar una fiesta es agotador.

La Sra. Puf acaba de llegar de su clase de taekwondo y no ha tenido tiempo de cambiarse. Decide utilizar la bañera del ratoncito Pérez para darse un chapuzón.

Vaya, ¡qué desastre! Con las prisas se ha olvidado el regalo en casa.

El último en llegar es el osito Gugel. Se ha presentado corriendo con un paquete grande y llamativo. El Ratoncito Pérez siente mucha curiosidad.  

Llegó el momento de abrir el regalo. Todos se preguntan qué será.

-Pérez, es el regalo perfecto. Podrás cepillar todos esos dientes
de leche que guardas en el desván - dice Mimi.

Mimi es quien ha organizado la fiesta. Pérez es su mascota. Hoy hace un año que sus papás le regalaron el hámster.

Y esta noche Mimi pondrá su diente bajo la almohada. Y esperará impaciente su moneda.

Los papás de Mimi le han comprado esta mañana el cepillo. Ha sido después de que se le cayera su primer diente en el parque. Le han dicho que a partir de ahora tendría que cuidar muy bien sus dientes.

El hámster ruso se mira el cepillo con asombro. No sabe para qué sirve ese objeto. Mimi parece entusiasmada con él.

Es grande. Como los muñecos de trapo que ella le pone a su alrededor cuando quiere jugar con él. Ya se ha acostumbrado. Les ha cogido cariño y se sabe hasta sus nombres, Angel, Gugel, Sra. Puf y Picotico.

Y esa música de violín que suena en el reproductor le encanta. Es tan relajante… que se vuelve a quedar dormido en el sofá de la casita de muñecas.


Pero aquel objeto  alargado con la punta peluda le tiene intrigado. Para qué servirá. No puede dejar de preguntárselo.


Tiene hambre. Quizás sea una chuche que le ha comprado Mimi. Decide mordisquearla. ¡Imposible! Es dura y no sabe bien. Definitivamente no es una chuche.
                  
Quizás sea un juguete, piensa. El hámster intenta correr sobre el mango pero el cepillo sale disparado. ¡Imposible! No gira. Definitivamente no es un juguete.

¿Y si se lo guarda en los mofletes como hace con las pipas? Quizás sea comestible pero le falte madurar. Se lo guardará en la boca para comérselo más tarde. ¡Imposible! Es demasiado grande, no le cabe. Definitivamente no se puede guardar. ¿Por qué le habrá regalado Mimi ese objeto?

La niña coloca a Pérez de nuevo en su jaula y sujeta el cepillo de dientes a los barrotes con un alambre. El hámster se gira y sin darse cuenta siente las cerdas sobre su espalda. ¡Qué rico! 

El animalito se acerca más y frota su espalda contra las cerdas del cepillo. ¡Qué buen masaje! ¡Para eso servía el regalo! Al hámster Pérez el cepillo también le parece el mejor regalo del mundo. Como dice Mimi, es el regalo perfecto. 

Resultado de imagen de hamster ruso y mano niña

sábado, 16 de noviembre de 2019

El misterio del enredo de los auriculares




Quiero hablarte de mis auriculares.

Siempre se enredan. El cable es largo y estrecho y acaba liándose por todas partes a su antojo. Una lo dobla meticulosamente, lo guarda en su bolsita y cuando lo necesita y lo saca, éste parece haber cobrado vida en nuestra ausencia, haber estado retorciéndose, descubriendo caminos nuevos entre sus recovecos.

Mis auriculares son de color blanco. Parecen una estalactita de nieve flexible que juega a confundirse con mi escritorio, también blanco, un glaciar que inspira paz y creación.
En un extremo del cable está el jack, el conector, una pieza metálica que se introduce en el agujero de cualquier aparato, móvil,  ordenador, tablet...Una vez conectado, el sonido circula a través del cable.

El cordón se bifurca hacia su final en dos, de igual tamaño, que acaban en una especie de graciosos lacasitos, también blancos, por donde se propaga el sonido. Cada uno sirve para alimentar a su respectiva oreja, la izquierda y la derecha. A partir de ese momento, tan sólo recibirá el mensaje auditivo que emita el aparato electrónico quien lleva puestos los cascos.

Se sella así un pacto entre el humano y los auriculares, quienes guardarán el secreto de todo aquello que escuchan. Quizás por eso, cuando alguna de nosotras deja de usar sus cascos y los guarda, éstos siguen moviéndose a escondidas, no soportan guardar esos secretos. Y se retuercen, como mordiéndose la lengua, por no poder contar a nadie todo aquello de lo que se saben conocedores únicos.

Polo, el pingüino

Mi primer cuento ha sido una colaboración con mi hijo. Estoy en contacto con una gran ilustradora.
La historia tiene por protagonista a un pingüino. Tengo el relato ya casi listo, tan sólo faltan unos retoques de estilo. Muy pronto os podremos contar juntas la aventura de Polo y de su amiga Nata, una foca muy bromista.
Os dejo aquí mi dibujo de Polo. No tiene nada que ver con la ilustración que realizará la dibujanta, pero me apetecía compartirlo con vosotros.

Polo es un pingüino coleccionista. Muy pronto podréis conocer su historia. Esperamos que el proyecto vea la luz. 

Los dados

Estoy estudiando el curso Técnicas narrativas para libros infantiles, impartido por Natalia Méndez en Domestika.org, y uno de los ejercicios era crear nuestros propios dados para desbloquear la creatividad. Hemos tenido que crear un dado para los personajes, otro para las escenas y un tercero para un elemento. En mi tirada me apareció una fiesta de cumpleaños, un hámster Roborovski y un cepillo de dientes. El reto es crear un cuento con estos elementos. Próximamente me pondré con ello y lo subiré. Ya tengo algunas ideas ¿Y a vosotros, qué cuento se os ocurre con esta tirada? ¿Qué os parece este juego?

Los dados que he creado para mi clase de Técnicas narrativas para cuentos infantiles. El reto es crear un cuento con estos elementos: fiesta de cumpleaños, hámster y cepillo de dientes.

Mamá conejita

Mamá conejita es una conejita blanca de pelaje suave. Siempre nos recibe en la entrada de su casa del árbol con las pantuflas en las manos. Sus besos son divertidos porque siempre nos hace cosquillas con sus bigotitos.

Hace meses empecé a contarle a Ibai cuentos para ayudarle a dormir. La idea era tranquilizarlo, que imaginara otro mundo en el que reinase la paz, el amor, crear un clima de relajación con algún personaje protector y amoroso.
Primero llegó el Gran Búho Sabio con sus normas para dormir. Funcionó pero después de un tiempo los fantasmas y miedos regresaron, así que creé un nuevo personaje, Mamá Conejita. Ella le recibe cada noche en su casa del árbol y le invita a dormir después de una rutina muy divertida que ya tenemos instaurada.
Ayer dibujé un boceto del personaje en un trozo de papel que tenía cerca. Estoy deseando ponerme de nuevo para dibujarla con detenimiento sobre papel blanco y poder darle color.
Comparto el boceto con vosotros.
¿No os recuerda a los conejitos de Beatrix Potter? Soy una gran admiradora de la escritora. ¿Y vosotros? ¿Qué escritores de cuentos infantiles admiráis?


Tres monstruos y una cometa

La otra noche durmiendo a Ibai con un cuento improvisado de Mamá Conejita, le conté otro cuento inventado sobre la marcha. Representa que er...